En la actualidad,
gracias a las ventajas y comodidades que nos ofrece Internet, es muy común
buscar y descargar o enviar y recibir archivos, programas o aplicaciones a
través de la red. Esa posibilidad que por un lado nos facilita tanto las tareas
diarias, por otro, nos expone a un gran número de riesgos de seguridad
asociados con la descarga de los mismos. Por lo cual, es sumamente importante
conocer cuáles son dichos riesgos y de qué modo evitarlos. Todo eso es lo que te
contaremos en este boletín.
Primero lo primero: ¿a qué nos arriesgamos
cuando descargamos algo de Internet, sea un archivo (de texto, fotos, videos, música,
etc.), un programa o una aplicación?

Bien, esta pregunta es
fundamental, ya que el hecho de hacérnosla implica que tenemos conciencia,
aunque sea a grandes rasgos, acerca de que en Internet no todo es “color de
rosa”. Así como hay información y
recursos altamente valiosos, también cohabitan elementos no tan buenos,
como malware (programas maliciosos) con diferentes finalidades según el objetivo de la
persona que los esté diseminando y oportunistas al acecho de todo tipo de
información que pueda resultarles útil de robar.
Si bien Internet nos ofrece grandes ventajas en lo que respecta al manejo de
información, tal característica nos expone a un gran número de riesgos
asociados con la descarga de contenidos.
En concreto, los
principales riesgos de descargar material desde Internet son:
- Ser
víctima de alguna infección por malware; lo cual podría traer diferentes
consecuencias según el malware del que se trate. Por ejemplo: el dispositivo
podría ser incorporado a una botnet (red
de computadoras infectadas a merced de un atacante) o, a partir del programa
instalado, filtrar la información que el usuario guardase en el mismo, e
incluso, proceder al secuestro y consecuente pedido de rescate de dicha
información –práctica conocida como ransomware-, entre otros efectos posibles no menos problemáticos.
- Que
se instalen, adicionalmente, otros programas o aplicaciones no deseadas, las
cuales podrían resultar molestas y hasta afectar el rendimiento del dispositivo
en cuestión.
- Que
al momento de la descarga se logren extraer datos personales del usuario y, por
medio de instrucciones confusas, se lo lleve a contratar servicios o comprar
productos no deseados.
- Que
el usuario se vea expuesto a enfrentar problemas legales a causa de instalar
aplicaciones o programas de forma ilícita.
Para poder evitar
cualquiera de los problemas que acabamos de detallar, desde BA-CSIRT
te sugerimos que tomes en cuenta y apliques los siguientes consejos y medidas
de seguridad. Recordá que son las buenas prácticas las únicas herramientas
confiables que siempre tendremos a la mano, más allá de cualquier otra cosa.
A
la hora de cuidar nuestra
seguridad en Internet, las herramientas con las que siempre podremos contar
serán las buenas prácticas que hayamos incorporado en materia de seguridad.
- Tené
instalado un programa antivirus en todos los dispositivos que utilices con
Internet y verificá que el mismo siempre esté funcionando cuando vayas a
realizar una descarga.
- Nunca
descargues archivos adjuntos de remitentes desconocidos o inesperados. Ante la
duda, siempre es mejor eliminarlos directamente, pero si no estuvieras del todo
seguro de que se tratase de alguien desconocido o malintencionado, antes de
proceder a la descarga tratá de comunicarte con el remitente para identificarlo
y consultarle qué es aquello que te envió.
- Desactivá
la configuración de descarga automática de adjuntos, en caso de que estuviera
habilitada.
- Para
lo que respecta a aplicaciones y programas, descargá contenidos sólo de páginas
y tiendas oficiales.
- Nunca
intentes descargar archivos o programas haciendo clic en popups (ventanas
emergentes) o enlaces sugeridos, sobre todo si los encontraste en algún foro o
sitio por el estilo. En todo caso, ingresá a la web del autor o fabricante y
una vez allí buscá lo que necesitabas.
- No
confíes en descargas gratuitas de materiales que, te consta, son pagos. Lo más
probable es que se trate de una trampa.
- No
utilices programas de descargas compartidas, ya que son altamente riesgosos
debido a que, por el modo en el que se comparte la información a través de
ellos (en informática se los denomina redes peer-to-peer o “P2P”, de forma
abreviada), no aplican filtros de ningún tipo, lo cual los vuelve la
herramienta ideal para todo aquel con intenciones de diseminar programas dañinos
en Internet. ■